Mike Patton es sin duda uno de los personajes más enigmáticos e impredecibles de la música rock, pero él dice que su sobrevalorada existencia no es tan interesante como la gente piensa.
"Realmente no hay mucho que contar," dice Patton al otro lado del auricular desde Kansas, en el rodaje de su primer y gran papel para el cine, en la película Firecracker. "Normalmente estoy en la habitación de algún hotel, tengo un ordenador, trabajo en mi música y no tengo vida. ¡Boom! Allá vamos. Soy un poco ermitaño, así que me gusta vivir así."
Las retorcidas letras del vocalista de 35 años, y su música salvajemente esquizofrénica, sin mencionar algunos de sus bizarros comportamientos (en el pasado abundaron rumores sobre su hábito de beber orina y comer heces), han creado lo que Patton es una falsa percepción de un alma problemática. "Me gusta imaginar la mente de Mike Patton en términos similares a la América rural," escribió un crítico. "Es un lugar agradable para visitar, pero estoy condenadamente seguro de que no querría vivir ahí."
"La gente hace de mi música una cuestión personal," se queja Patton, "lo que para mí es realmente aburrido. ¡Dadle un puto respiro! Es algo muy común para la gente sacar la, ya sabes, etiqueta de "psicótico", pero me entran ganas de echarme a dormir."
En Firecracker, Patton ha aceptado los dos papeles de Frank ("un tipo mayor, propietario de una feria") y David ("un hermano mayor alcohólico") en una historia real de engaño, abuso y asesinato con el mundo de los feriantes como fondo. Ambos personajes mueren, y reciben lo suyo al final, con "un par de tijeras y un par de objetos contundentes".
Durante la entrevista Patton está relajado, hablador y modesto, pero es directo, tiene su opinión formada y es reservado sobre su vida personal y sus letras. "¿Que tal si te metes en tus putos asuntos?" responde a una pregunta sobre cuanto sufre su vida personal a causa de su trabajo. "Haz con esto lo que quieras, tío."
Habla con una vocecilla aguda que contradice sus gruñidos cuando canta, maldice muchísimo y se ríe a menudo, con un cacareo jadeante. "Actuar es incluso más extraño de lo que pensé," dice. "Todavía estoy pensando en ello. Ha sido divertido, pero también un grano en el culo. Quiero decir, ¡he estado aquí todo un mes! Estoy seguro cuando digo que me alegro de ir a volver a casa pronto, pero cuando me metí en esto empecé a pensar que si, por lo menos, me echaba unas risas a costa de todo esto, sería feliz, e hice más que eso. Así que no todo esta perdido."
¿Y cómo ve su carrera como actor para el futuro? "¡No la veo en absoluto!" cacarea. "Si surge algo, estupendo, pero no me veo en una esquina de la calle con los pantalones bajados y un cartel que diga '¡Actuo a cambio de Polla!'
No es sorprendente que el adicto al trabajo de Patton se haya zafado de permanecer en el mismo sitio durante más de un mes. Musicalmente, nunca se ha quedado parado durante mucho tiempo, ciertamente nada desde que Faith No More se separaron en 1998, después de que él los liderase durante 9 años.
Después del retiro de la banda, creó su propio sello Ipecac, continuó al frente de Mr. Bungle (quienes, según él, pese a todos los intentos y propósitos están disueltos en la actualidad), y encabezó las nuevas bandas Tomahawk y Fantomas.
También cantó en el soberbio álbum Lovage, de Dan "The Automator" Nakamura, colaboró con Sepultura, Dillinger Escape Plan y el rapero Rahzel, y ha grabado un álbum con los pinchadiscos estadounidenses X-ecutioners.
"Es explosivo," comenta sobre ser el jefe de un sello discográfico- "Lo creé para publicar música demencial que nadie más quisiese editar. El llevar mi propio sello me ha hecho olvidar todos los mitos que tenía sobre esto. La gente retrata la industria musical como si fuera una especie de fusión nuclear, como si fuera una ingeniería y necesitases gastarte muchísimo dinero, y todo eso no es más que mierda. Se encuentra la puta música, se paga al artista, lo publicas y pagas los derechos. Así de simple."
Patton dice que el número de proyectos que tiene en marcha le dejan poco tiempo libre para nada más que no sea música. Sí, sigue casado con Titi, su esposa italiana desde hace nueva años ("Una eternidad," comenta, aunque se niegue a profundizar) y sigue viviendo en San Francisco, aunque esté raramente allí.
"Hago todo esto porque me mantiene con vida," explica. "Nadie me obliga a hacerlo. Me siento cómodo haciéndolo. Soy del tipo de personas que hace estas cosas, y, cuando las tengo terminadas, no veo que haya causado ningún perjuicio."
A pesar de su innegable talento y una base de fans leal pero aterradoramente fanáticos, la música de Patton - con la excepción de Faith No More - nunca ha llegado a una lista de éxitos, o a una audiencia masiva. Él hace música desafiante de la que no escucha demasiada gente. Pero esto no es un problema para él.
"Realmente no sé por qué es así," dice sobre su falta de éxito en el mainstream, "pero me siento muy cómodo así. Sé que lo que sea que publique, tanto si la gente piensa que es pop o ruido o lo que sea, siempre tendrá algo de extraño y mutante. No va a ser algo puro con lo que mucha gente pueda sentirse afín. Y eso es estupendo."
¿Y cómo es el trato con sus fans en estos días?
"He mejorado mucho en eso," explica. "Si les tratas como seres humanos, ellos te responderán de acuerdo a eso. Si se comportan como perros, a veces te ves obligado a tratarles como tales. Por lo general, cuanto más agradable seas y más cómodo te sientas contigo mismo, con menos mierda tendrás que tratar."
En Enero, Fantomas - que incluye a Patton, el guitarrista de Melvins Buzz Osborne, el batería original de Slayer Dave Lombardo y el bajista de Mr. Bungle Trevor Dunn - van a editar su tercer álbum, Delirium Cordia.
El álbum, una sola pieza de 55 minutos, es un disco gótico, atmosférico, mayoritariamente instrumental; compuesto por coros, campanas repicantes, una oscura y frenética guitarra, tintineantes interludios de grandioso piano, piezas de voz, silbidos a lo Morricone y adornos de siniestras idas y venidas.
"Es como música de fondo," explica Patton sobre Delirium Cordia. "Quise hacerlo como algo ambiental, algo que escuches de fondo mientras haces otra cosa. No sé si realmente funcionará así, porque para hacer algo no intrusivo has de evitar poner el corazón en ello. Pero es un auténtico desafío, y fue un ejercicio de sacar mucha mierda fuera, despojándolo de muchas cosas e intentando decir algo distinto."
Aparte de todos estos proyectos, está deseando grabar por fin su largamente esperado proyecto pop, Peeping Tom, el próximo año, y editará su colaboración con X-ecutioners y seguirá trabajando con el rapero de Roots, Rahzel. Mr. Bungle, dice, están "muriendo de muerte natural", lo que él parece no querer evitar.